La ejecución eficaz de la estrategia en última instancia es una cuestión de talento
Los mercados están aumentando exponencialmente la complejidad, el riesgo y la incertidumbre de hacer negocios. En consecuencia, las empresas que tratan de conseguir un alto rendimiento deben adoptar decisiones audaces llevas a buen término por personas capacitados técnicamente y mentalmente fuertes
Decisiones que se deben anticipar al cambio y frecuentemente basadas en una información incierta. Así en esta situación, la calidad y exhaustividad de la información disponible para adoptar decisiones y la capacidad para reflexionar sobre las consecuencias de las opciones existentes marcan la calidad de la estrategia.
El riesgo se incrementa si una vez decididas las estrategias, son frenadas o adulteradas en su ejecución.
Se necesita liderar para:
- Establecer un rumbo firme basado en los valores y las cosas que más importan
- Anticiparse al cambio desde posiciones de fortaleza
- Atender al contexto, para aceptándolo intentar superar las barreras internas y externas, que frenan la creatividad, la materialización de ideas y la superación rápida de las derrotas